Si como nosotros eres fan de la calabaza entonces ¡esta receta te encantará! Ya que va bien con todo, ya sea que quieras desayunar, merendar o incluso cenar, porque su sabor es fresco, dulce y adaptable.
La mermelada de calabaza, puede ser usada en postres, panes, galletas, o incluso, es posible combinarla con quesos y carnes blancas, aunque todo dependerá de tus gustos y preferencias.
Lo mejor de esta mermelada, es que es 100% casera, lo que quiere decir que es sana y apta para que los más pequeños de la casa puedan darse un merecido gusto sin poner en riesgo su salud.
Ingredientes de la Mermelada de calabaza
Para 400 gr de mermelada:
- 1 kg de calabaza
- 1/2 kg de azúcar
- El zumo de una naranja
- La ralladura de 1 naranja
En caso de que quieras darle un toque especial a tu mermelada, puedes agregarle especias dulces como canela, clavitos de olor, pepitas de guayaba, esencia de vainilla o incluso ralladura de jengibre.
De todos modos, si deseas un sabor más fuerte, te recomendamos usar en lugar de zumo de naranja, zumo de limón o de toronja.
Cómo hacer Mermelada de calabaza paso a paso
- Para comenzar, trocearemos la calabaza y la tostaremos en el horno durante aproximadamente 5 minutos, y después, la pelaremos y le quitaremos las semillas.
- En un tazón aparte, mezclaremos los trozos de calabaza con el azúcar y la ralladura de naranja. Luego, esta preparación, la guardaremos en la nevera para que pueda macerarse toda la noche.
- Al día siguiente colocaremos en una olla grande el zumo de la naranja y la preparación que maceramos durante la noche anterior.
- De inmediato, comenzaremos a cocinar la mezcla durante 40 minutos aproximadamente, removiendo cada 10 minutos.
- Cuando la preparación alcance su punto de cocción, es importante que la trituremos en una batidora, para así lograr una mezcla homogénea.
- Si aún observas que la mermelada tiene grumos, te recomendamos pasarla por un colador, para que de esta forma puedas eliminarlos.
- Nuestra sugerencia, es que, para conservar mejor la mermelada de calabaza, la guardes en frascos de vidrio esterilizados y sellados al vacío, de manera que pueda durar mucho más tiempo en la alacena o en la nevera.