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Qué ver en un día en Mónaco

Si estás pensando en coger la maleta e ir de turismo a Mónaco, es importante que conozcas el tiempo que vas a necesitar para visitar esta pequeña región al completo y todo lo que puedes llegar a ver en un solo día. Nuestros consejos te ayudarán en tus vacaciones y te darán la posibilidad de planificar tu viaje a Mónaco con mayor exactitud, algo que ya sabemos que en ocasiones es complicado conseguir.

Qué mejor entonces que llevar una pequeña guía y aquí te la ofrecemos sin spoilers y con un claro aviso previo y es que es muy posible que necesites llevar la cartera bien llena para poder moverte por el Principado, sobre todo si tienes pensado alojarte, y como no, también para comer.

Lujo, casinos, monumentos históricos, circuitos automovilísticos, arte, cultura y muchas cosas más te esperan en un estado con influencia gala, a la moda y con una vida nocturna muy especial.

El Casino de Montecarlo

Imagen a efectos ilustrativos*

Monte-Carlo, también escrito Montecarlo, es el barrio de Mónaco que más se relaciona con el lujo y la vida de reyes, aunque su verdadera personalidad viene dada por su casino, absoluto centro neurálgico de la zona. Un edificio que es la auténtica obra maestra de Charles Garnier y que se construyó en 1863. Es uno de los espacios de juego más antiguos y reconocidos del mundo, pues el pequeño teatro, los jardines y las terrazas son también una auténtica maravilla arquitectónica.

Sus cuatro salas principales están llenas de historia y de entretenimiento, pues están dedicadas a toda clase de juegos de casino, pantallas gigantes, área privada, restaurante y un servicio más digno de la realeza que de jugadores y apostadores. Ideal para apostar algo de dinero a la vez que contemplas todo lo que te rodea.

Explorando todo el arsenal del Casino de Montecarlo observarás que tanto por el lado del juego como por el lado del valor artístico y cultural, vale la pena gastar unas horas visitando su interior y sus alrededores. Además, puedes entrar a visitar su hall de manera gratuita e incluso pasar un rato jugando en una antesala con diferentes máquinas.

Le Rocher

Imagen a efectos ilustrativos*

Con el fin de dar un agradable paseo, el casco antiguo de la ciudad es una gran idea si de paso quieres visitar distintos monumentos. “Le Rocher” como es conocido popularmente, ofrece a sus visitantes callejones medievales bastante estrechos y de mucha belleza. Un museo al aire libre con interesantes restaurantes en los que probar comida típica y gastronomía mediterránea.

En esta zona tienes espacios abiertos como la Plaza de San Nicolás o la Placeta François Bosio y lugares de visita como el Palacio de Justicia, la Capilla de la Misericordia, la Catedral (de la que hablaremos a continuación), el Museo Oceanográfico y el Palacio del Príncipe o Palacio Principesco. En cuanto al Palacio, destacar su construcción a los píes de un acantilado, y comentar que el cambio de guardia es el momento idóneo para acudir, pues los carabineros, que son la Guardia del Palacio, organizan todo un espectáculo en la explanada anexa.

La Catedral de Nuestra Señora Inmaculada

Imagen a efectos ilustrativos*

También te recomendamos la visita a la Catedral de Mónaco, apodada con el nombre de la Virgen de la Inmaculada Concepción por ser su patrona. Antiguamente se conocía como la Iglesia de San Nicolás, del siglo XIII, pero cuando el Principado se separó de la diócesis de Niza se construyó este nuevo edificio que data de 1875.

De estilo romano-bizantino, y piedra blanca, en su interior dos órganos, el altar mayor, un trono episcopal y los sepulcros de los príncipes Raniero III y Gracia Patricia, padres del actual príncipe Alberto II. Puedes visitar esta catedral de 9 a 18.00 horas todos los días de la semana.

Los jardines paradisíacos

Imagen a efectos ilustrativos*

No podíamos dejar de lado en este repaso las zonas verdes del Principado. Todas ellas gestionadas bajo la atmósfera eco-responsable y con toques bastante especiales que hacen de la variedad una auténtica virtud.

Los jardines de San Martín son conocidos por formar parte del primer jardín público de Mónaco e inaugurado en 1816. Antes más de estilo mediterráneo y ahora más exótico, esconde esculturas, un estanque y especies únicas de robles y mirtos. Casi tan ideal para ir con niños como el Parque Princesa Antonieta, que no solo posee un olivar histórico, sino que también tiene zona de juegos y actividades para los más pequeños.

Y el otro punto clave es el jardín japonés de Mónaco, cercano al casino (no lo confundamos con los jardines de su interior), en el que el concepto zen se deja entrever entre sus cascadas, sus puentes y una casa de té. 

Por otro lado, en la zona alta de Mónaco se encuentra el Jardín Exótico, lleno de cactus y árboles con ramas de unas protuberancias que impresionan.

Pinos y cipreses completan la oferta natural en el Parque Paisajístico de Fontvieille, en el que conviven especies en libertad de patos, ocas y carpas. Y por último, destacar la zona botánica muy completa que se puede visitar también en la Rosaleda Princesa Gracia y que posee senderos llenos de pliegues. Será por jardines, ¿verdad?

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