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Gotokuji: el templo japonés de los gatos de la suerte o Meneki-neko

¿Te gustaría saber más acerca de Gotokuji? Si quieres obtener información sobre el templo japonés de los gatos de la suerte o Meneki-neko, en este artículo la obtendrás ya que hablaremos sobre cual es su origen, hablaremos sobre el templo y te diremos como podrás llegar hasta el.
El templo Gotokuji fue fundado en el año 1681 por el creador Tokugawa Tsunayoshi.
Sigue leyendo este post sobre el templo y así obtendrás toda la información sobre el mismo.
¡Comenzamos!

¿Cuál es el origen del gato de la suerte o Meneki-neko?

El gato de la suerte tiene su origen en Japón y es denominado Meneki-neko.
El significado del nombre que hemos mencionado anteriormente quiere decir “gato que invita a pasar”.
Seguro que habrás visto más de una figura de este gato en muchos establecimientos chinos o japoneses, ¿verdad? Pues si antes los veías y no sabías cual es su origen y demás, ahora lo sabrás perfectamente.

Descubre más sobre el Templo Gotokuji

El Templo Gotokuji está situado en el barrio de Setagaya en Tokio y si visitas el país lo suyo sería que vayas a visitarlo.
En una parte del templo vas a encontrar un sitio en el cual hay miles de figuras de maneki-neko, podrás verlos de diferentes tamaños, desde el más pequeño al más grande.
¿Sabes por qué hay tantas figuras? Porque los fieles creyentes dejan una estatua para agradecer las deleidades del templo su buena fortuna.

Cómo llegar al Templo Gotokuji

Ahora bien, ¿quieres saber cómo llegar al templo? Pues en este apartado vamos a indicarte como podrás hacerlo sin problema alguno.

  • La opción más cómoda es la de coger la línea Odakyu desde shinjuku hasta la estación de Gotokuji, tardarás aproximadamente unos 20 minutos.
  • Dirígete hasta la estación Miyanosaka de la línea de tranvía Tokyu Setagaya.

Escoge de que manera quieres llegar al Templo Gotokuji y tardarás muy poco.
¡Va a ser una visita que vas a recordar por el resto de tu vida, ya sabes que si visitas este país tienes como obligación hacerlo, porque sino al irte del mismo penarás por no haberlo visitado.

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